lunes, 23 de junio de 2008

Corazones errantes




LUIS BENVENUTY - Badalona - 23/06/2008

Responsabilizarse de un perro permite reducir la medicación y favorece la autoestima

Domínguez dice que se llama Mínguez, "el loco Mínguez, el loco de El Masnou", dice. "Lo siento mucho - añade-, pero es que estoy loco, soy un enfermo mental, un esquizofrénico. Tengo 53 años y me volví loco en la Legión y deserté, lo siento. Desde entonces soy el loco de El Masnou;ya me he acostumbrado, todo el mundo me llama así". Todos menos Pelusín."Pelusín es mi perro. Yo le puse su nombre. A él no le importa que yo esté loco. Él también ha sufrido mucho. Me trata mucho mejor que las personas. Lo quiero, lo lavo y lo paseo; y él mueve el rabo y me quiere. Me produce mucha alegría. Es mi amigo, soy su amigo".
Una treintena de enfermos mentales del centro asistencial Emili Mira i López de Santa Coloma de Gramenet y del hospital de día Martí Julià de Badalona participan desde el pasado diciembre en una experiencia terapéutica inédita en, al menos, España: una vez por semana acuden al Centre Comarcal d´Atenció d´Animals de Companyia de Badalona para pasear, limpiar, peinar y dar de comer a los perros. Para unos es el último paso antes del alta; para otros, una ayuda cotidiana en su regreso a una vida normalizada. ...

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